¡La trama Koldo se retuerce como un nudo gordiano que une corrupción política con ecos de crímenes sin resolver! Un informe demoledor de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha destapado un lazo inesperado entre el exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García con Antonio Anglés –el fugitivo eterno por los brutales asesinatos de Alcàsser en 1992–, a través de pagos en metálico por tratamientos capilares en una clínica regentada por su hermano, Mauricio Anglés (alias Joaquín Martins Monroig). Entre 2017 y 2020, en Masanasa (Valencia), Koldo y Ábalos visitaron el centro para injertos de pelo pagados al contado, charlando de «negocios» en hidrocarburos y material sanitario que ahora suenan a coartada sospechosa. ¡Con la UCO incorporando la denuncia de Martins por estos pagos «extraños» –y un intento fallido de liquidar la cuenta dos días después, rechazado por miedo al caso de las mascarillas–, esta conexión no es casualidad; es un hilo que podría deshilvanar más secretos del PSOE, dejando a Ferraz expuesto a un escrutinio que devora reputaciones!
El telón de esta conexión macabra se levanta en una clínica de estética capilar en Masanasa, donde Mauricio Anglés –hermano del infame Antonio, prófugo desde 1993– operaba bajo el alias Joaquín Martins Monroig. Todo arrancó con Koldo García: en 2017, el asesor de Ábalos se presentó para un injerto de pelo de seis horas y media, pagado íntegro en efectivo. Una semana después, Ábalos siguió sus pasos, optando por una técnica más cara que no requería raparse –también abonada al contado, sin dejar rastro en extractos bancarios. Durante las sesiones, Koldo no se mordió la lengua: «Habló de negocios relacionados con hidrocarburos y material sanitario», reveló Martins en su denuncia, conversaciones que ahora, a la luz del caso Koldo, huelen a humo de amaños y favores ocultos. El clímax llegó dos días tras la segunda visita: un emisario de Ábalos intentó saldar la cuenta, pero Martins se negó en seco –»Temía verse involucrado en el caso de las mascarillas»–, un rechazo que la UCO ha incorporado como pieza clave en su informe.
Esta no es una anécdota capilar; es un nexo que entreteje la corrupción del PSOE con sombras criminales. El caso Koldo, que ya ha enviado a Ábalos y García a prisión provisional por riesgo de fuga en la trama de 54 millones de euros en contratos de mascarillas, se expande como un virus: la UCO ve en estos pagos «sin respaldo» un patrón de opacidad que podría salpicar a más altos cargos. Martins, que denunció los abonos en efectivo por temor a represalias, pinta un cuadro de incomodidad: «Reporté los pagos a la policía», confiesa, alertando de cómo el nombre de Anglés –cargado de infamia por Alcàsser– añade un tinte siniestro a encuentros que deberían ser inocuos. Fuentes judiciales susurran que el informe acelera el juicio oral, con la Fiscalía pidiendo 24 años para Ábalos y 19 para Koldo por cohecho y malversación.
El impacto en el PSOE es un vendaval que azota Ferraz desde dentro. Con Ábalos como «diputado fantasma» –suspendido de derechos pero aferrado a su escaño–, esta conexión con el universo Anglés erosiona la credibilidad de un partido ya fracturado por pagos en negro y amaños en obras. Sumar clama por «transparencia total», mientras el PP celebra: «El sanchismo se hunde en sus propios barros». ¿Salpicará a Cerdán o Gómez, o es otro hilo suelto? Una cosa es segura: de injertos capilares a injertos criminales, el caso Koldo no perdona.
En Agencia6, el pulso de la investigación late con esta unión improbable: ¡Ábalos y Koldo, de Moncloa a Masanasa, enredados en sombras que no se disipan! Sigue los informes UCO en nuestras redes – porque cuando el pelo se tiñe de sospechas, la verdad sale a la luz.
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