¡El mundo de la infancia se tambalea al borde de un abismo digital! Un estudio demoledor del Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (AIJU), presentado hoy junto a la Guía AIJU 2025-2026, ha encendido todas las alarmas: el 81% de los profesionales sanitarios confirma un aumento alarmante de trastornos en el desarrollo de los niños, directamente ligados al uso excesivo de pantallas. Imagina: bebés y peques de hasta 17 años, con sus mentes en ebullición y cuerpos en formación, atrapados en un vórtice de luces hipnóticas que roban sueños, hinchan cinturas y nublan miradas. El 95% de los expertos coincide: este no es un capricho tecnológico, es una amenaza silenciosa que devora el futuro de generaciones enteras. ¡Con el 98% de los niños de 4 a 6 años violando la regla de «cero pantallas» de la Asociación Española de Pediatría (AEP), y el 91% pasando más horas de las recomendadas frente a dispositivos, las familias claman auxilio en un 68% de los casos –pero el 71% batalla en vano para imponer límites, ahogadas en el caos diario!
El informe, forjado en el fuego de 65 médicos especialistas en infancia y 334 familias con hijos de 0 a 17 años, pinta un panorama que eriza la piel y aprieta el pecho. Desde trastornos del sueño que dejan a los peques exhaustos y gruñones (81% de los casos detectados), hasta tormentas mentales que azotan la autoestima (69%), pasando por la obesidad que acecha como un lobo (63%) y problemas visuales que empañan el mundo (otro 63%), sin olvidar alteraciones posturales y neuromotoras que cojean el crecimiento. Pablo Busó, coordinador del área de Investigación Infantil en AIJU, no se anda con rodeos: «Los problemas de salud más frecuentes detectados por los especialistas incluyen trastornos del sueño (81%), salud mental (69%), obesidad (63%), problemas visuales (63%) y alteraciones posturales o neuromotoras». ¡Es un grito de guerra desde los quirófanos y consultas: el abuso de tablets, móviles y teles no es un juego inocente; es un ladrón que hurta el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de nuestros tesoros más preciados!
Pero ¿por qué esta avalancha? El estudio, en colaboración con la Fundación Crecer Jugando, desentraña el nudo: aunque el 96% de las familias establece normas –»¡Nada de pantallas antes de cenar!»–, la realidad es un campo minado. Falta de tiempo para alternativas lúdicas, escaso apoyo escolar y conflictos familiares que estallan como tormentas convierten las buenas intenciones en castillos de arena. El 98% de los niños de 4 a 6 años ya incumple el mantra de la AEP de «cero exposición antes de los 6», y el 91% acumula horas extras que superan con creces los límites seguros. Busó lo clava con precisión quirúrgica: «Esta investigación reafirma la necesidad de generar entornos de juego y socialización libres de pantallas, que promuevan un desarrollo infantil saludable y que el uso de las tecnologías sea activo y guiado por las familias y los profesionales». ¡No más niños zombis pegados a la luz azul; urge un renacer de parques, cuentos y risas compartidas!
Las recomendaciones surgen como faros en la niebla: charlas informativas que empoderen a padres exhaustos, inclusión del tema en los currículos escolares para que los peques aprendan a desconectar desde la escuela, controles parentales inteligentes que dominen tiempo y contenido, campañas con figuras públicas que inspiren –¡imagina a un ídolo diciendo «¡Juega conmigo, no con la pantalla!»–, y cuentos ilustrados que devuelvan la magia al papel. «Entre las medidas más valoradas por los participantes para reducir el tiempo de exposición a pantallas se encuentran charlas informativas para familias, inclusión del tema en el contenido curricular escolar, control parental de tiempo y contenido, uso de figuras públicas para la sensibilización y cuentos ilustrados», detalla Busó, pintando un camino de esperanza donde la tecnología sea aliada, no enemiga.
Este no es solo un informe; es un aldabonazo al corazón de la sociedad. En un mundo donde las pantallas son omnipresentes –desde el iPad que entretiene al bebé hasta el móvil que hipnotiza al adolescente–, el 81% de alerta sanitaria nos obliga a actuar ya. ¿Dejaremos que el brillo virtual eclipse la infancia real, o levantaremos la bandera de un futuro donde los niños corran libres, sueñen grandes y crezcan fuertes? En Agencia6, el pulso se acelera con esta llamada a la acción: ¡desconecta para conectar de verdad! Comparte, debate y únete al movimiento – porque cada hora robada a una pantalla es un paso hacia infancias radiantes.
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