El mundo contiene la respiración: Donald Trump acaba de encender la mecha nuclear. En un post explosivo en Truth Social, el presidente de EE.UU. ha ordenado al Pentágono –rebautizado como «Departamento de Guerra» por su propia orden ejecutiva– que inicie «inmediatamente» pruebas de armas nucleares, rompiendo un tabú de 33 años sin detonaciones reales. ¿El detonante? Las recientes maniobras atómicas de Vladimir Putin, que incluyeron lanzamientos de misiles intercontinentales y torpedos nucleares. Mientras, en un giro irónico, Trump admite que la Constitución le cierra la puerta a un tercer mandato: «Está bastante claro que no puedo». ¿Coincidencia o mensaje velado? Esto podría reescribir el mapa de la disuasión global, y TikTok ya explota con memes de hongos atómicos. Prepárate, porque el tablero nuclear acaba de volverse loco.
Todo arranca el 22 de octubre, cuando Putin, desde el Kremlin, supervisó un simulacro «rutinario» de sus fuerzas nucleares que dejó al Occidente con el corazón en un puño. Bajo su mando directo, Rusia lanzó un misil balístico intercontinental Yars (alcance de 12.000 km) desde el cosmódromo de Plesetsk, directo al polígono de Kura en Kamchatka, a más de 6.000 km de distancia. No fue solo eso: el submarino nuclear ‘Briansk’ disparó un misil Sineva desde el mar de Barents, y bombarderos Tu-95MS soltaron misiles de crucero. Putin lo vendió como un «ejercicio planificado» para probar el mando y control, pero el timing es sospechoso: justo después de que Moscú rechazara un alto el fuego en Ucrania como condición para retomar la cumbre Trump-Putin en Budapest, aplazada indefinidamente. Fuentes del Kremlin insisten en que es «paridad nuclear», pero analistas lo ven como un pulso: Rusia presume de su arsenal de 5.459 ojivas (el mayor del mundo, según la Federación de Científicos Americanos), mientras EE.UU. se queda en 5.177 y China en 600.
Trump, que no se achanta, contraatacó ayer desde su helicóptero Marine One, rumbo a la cumbre comercial con Xi Jinping en Busan (Corea del Sur). «Debido a los programas de pruebas de otros países, he dado instrucciones al Departamento de Guerra para que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato», tuiteó –o truthó– el magnate, presumiendo de que EE.UU. tiene «más armas nucleares que cualquier otro país», con Rusia en segundo y China «en un distante tercer lugar» (aunque los datos lo contradicen). Es la primera vez desde 1992 que Washington habla de reanudar pruebas explosivas reales, abandonando el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (firmado en 1996 pero no ratificado por el Senado). Expertos como Daryl Kimball, de la Asociación de Control de Armas, lo llaman «innecesario y peligroso»: podría desencadenar una «cadena de pruebas» global, avivar protestas en Nevada (donde se harían los tests) y erosionar la confianza de aliados como Europa, que ya critica la «histeria militarista» rusa.
Pero hay más: este anuncio llega en plena gira asiática de Trump, minutos antes de negociar aranceles con Xi, quien ha duplicado su arsenal a 600 ojivas desde 2020. ¿Estrategia para presionar a Pekín? ¿O un farol para forzar a Putin a la mesa en Ucrania? El Pentágono no detalla si serán pruebas «subcríticas» (sin explosión total) o detonaciones plenas, pero el mensaje es claro: «No jugamos». Rusia ya replicó: el Ministerio de Defensa celebró su test del misil Burevestnik (alcance ilimitado, nuclear) el 21 de octubre y un torpedo Poseidon capaz de tsunamis radioactivos. Mientras, sanciones frescas de EE.UU. azotan a Rosneft y Lukoil, las petroleras rusas clave, por la «falta de compromiso» de Moscú en las paces ucranianas.
En paralelo, Trump cierra otro capítulo: el del «tercer mandato». Tras meses coqueteando con la idea –sombreros «Trump 2028» en la Casa Blanca, rumores de un «plan Bannon» vía vicepresidencia y renuncia–, el presidente cedió: «La Constitución es bastante clara, no puedo optar legalmente». Lo dijo a bordo del Air Force One, aplacando a aliados como el speaker Mike Johnson, que ve «imposible» enmendar la 22ª Enmienda (necesita 2/3 del Congreso y 3/4 de estados, unos 10 años). Expertos constitucionales aplauden: cualquier «truco» (como elegir a JD Vance y que renuncie) sería «implausible» y violaría el espíritu anti-dinástico post-FDR. ¿Fin del flirteo? Trump es Trump: podría ser un «por ahora».
Este doble golpe –nuclear y constitucional– sacude los mercados: el Dow cayó 2% ante temores de escalada, y el oro sube como la espuma. Europa clama «desescalada», mientras China observa en silencio. ¿Vuelve la Carrera Armamentista? ¿O es puro teatro para forzar diálogos? Lo que está claro: el mundo nuclear nunca estuvo tan caliente. TikTok, carga los filtros de apocalypse –esto va a viralizarse con edits de Oppenheimer meets MAGA. ¿Qué piensas? ¿Trump el halcón o el negociador? Comenta, comparte y suscríbete para más bombazos geopolíticos. 🌍💥
Fuentes: EFE, Reuters, CNN, The Guardian, Fox News (29-30/10/2025). Actualizado al 30/10/2025.






