La Comunidad y el sector ponen de manifiesto la caída de precios motivada por la competencia desleal que ejercen países que no están sometidos a las mismas exigencias que los productores europeos
La Mesa del Cítrico de la Región de Murcia, constituida por la Comunidad Autónoma y representantes del sector, acordó reclamar del Ministerio de Agricultura y de las autoridades europeas «una mayor implicación para evitar la entrada de limón de países terceros que pueda provocar daños sanitarios por no estar sujeto a los controles que se exigen a los productores europeos», según anunció la directora general de Agricultura, Industria Alimentaria y Cooperativismo Agrario, Remedios García.
La Mesa puso de relieve la situación que se viene dando «ante las reiteradas alertas sanitarias con las importaciones de cítricos turcos», y pone de relieve que el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea «acredita serios niveles de incumplimientos, pues desde enero hasta el 27 de octubre, los cítricos de Turquía acumulaban 181 notificaciones, multiplicando por 16 las registradas en todo 2019».
«Este hecho se suma a la pérdida de competitividad frente a la oferta de países terceros, que no están sujetos a las mismas reglas de juego que los productores españoles ni en los aspectos fitosanitarios o medioambientales, ni en cuanto a precios o salarios, dándose circunstancias como que el salario mínimo sudafricano sea nueve veces menos que el español o que una peonada en Egipto, por citar a dos países extracomunitarios competidores, sea diez veces más barata», precisó la directora general.
Remedios García recordó que «hablar de cítricos en la Región de Murcia, y en particular del limón, es hacerlo de un cultivo que representa más de la mitad de limón español, que es líder mundial en exportación en fresco. Un cultivo que representa casi el 20 por ciento de la producción de nuestros campos y, en consecuencia, que forma parte del paisaje. Además, en 2020 se exportaron 560.000 toneladas de cítricos desde la Región, por importe de 632 millones de euros».
«Pero hablar de nuestros cítricos es también hablar de unos productos caracterizados por su sostenibilidad, frescura, calidad, seguridad alimentaria y trazabilidad, aspectos esenciales para que dediquemos permanentemente nuestra atención a las demandas del sector y a tratar de poner remedio a amenazas comerciales o de sanidad vegetal», subrayó.
Concluyó la directora poniendo de manifiesto que «ya se solicitó al Ministerio que se realice un programa nacional respecto a las interceptaciones que se producen en los puestos de inspección fronterizos y de gestión de las partidas interceptadas, con el fin de evitar que sean destruidas sin control de las comunidades autónomas y para que la gestión de los residuos sea la adecuada y se aleje de las zonas citrícolas».
