Los españoles estamos siendo testigos de excepción de estampas que sólo serían posibles de contemplar en una película de ficción. Con un gobierno que no sabe ni dónde tiene su mano derecha, ni por supuesto dónde tiene su zarpa izquierda, tenemos a un presidente que veranea a «cuerpo de rey» por tierras canarias, aunque a partir del próximo miércoles volará hasta el Palacio de las Marismillas, en Huelva, en pleno Coto de Doñana, donde en este momento desinfectan las instalaciones para que Don Pedro Sánchez no contraiga ningún tipo de virus, infección o propagación microbiana.
España tiene por tanto a un presidente en fase de relax, mientras hemos pasado en una semana de sufrir 89 fallecimientos por coronavirus, llamado también covid-19, a los 154 muertos en los últimos siete días
La pandemia no ha vuelto, simplemente no se fue. Y las autoridades nacionales, fumándose un puro mientras en muchos pueblos se lucha a brazo partido contra la propagación del virus
No hay pueblo ni ciudad de España que se haya librado de sufrir el azote de la pandemia, y por ello resulta lacerante, hiriente y punzante, ver a un gobierno que anda de asueto y holganza, mientras el virus empieza a colapsar a los servicios sanitarios. Además y por si fuese poco, estos días estamos viendo que quiere apoderarse de los dineros que los ayuntamientos tienen guardaditos para utilizar cuando sea necesario hacerlo, como es ahora luchando contra los brotes y rebrotes.
Es evidente que la desinfección de nuestros pueblos y ciudades no se ha impuesto por decreto ley de un gobierno que «pasa» literalmente de todo. Hay pueblos donde sus alcaldes se han tomado muy en serio la salud de sus vecinos porque saben que no sólo va la vida con ellos, sino las economías de sus pueblos, abandonadas por un gobierno socialcomunista que anda en otras cosas perniciosas donde hacer bueno aquel refrán español que dice «a río revuelto, ganancia de pescadores».
Miren amigos, voy a hablar claro. Mi más absoluta repulsa al comportamiento de un presidente que desprecia a los españoles desde que se levanta hasta que se acuesta, y también nos ultraja en sus «sueños húmedos» donde él ya se ve como Jefe del Estado de España. Mi total condena a un Pedro Sánchez que mientre más que habla, y que cuando calumnia a la bendita España, lo hace con chulería, arrogancia, prepotencia y desprecio a todos. Sencillamente, se ha creído que los españoles somos subnormales en primer curso de aprendizaje sin esfuerzo.
Sin embargo en España hay alcaldes y presidentes de regiones y gobiernos autonómicos que sí están dando la talla, sí están dando la cara, sí están trabajando con sus equipos de gabinete. Y pongo el ejemplo de Andalucía, con Juan Manuel Moreno Bonilla en la Junta andaluza, y el alcalde de Castril, Miguel Pérez, quienes cada uno por su cuenta están dejándose la piel para que ninguno de sus vecinos sufra los efectos del covid-19, aunque en ocasiones es casi imposible garantizarlo al 100%, como todo en la vida.
Castril es un pueblo de los más bellos de España y con unos encantos medioambientales inéditos en el sur de la Península Ibérica. Castril es la madre que da vida al Río Guadalquivir con unos parajes ricos en flora y fauna exclusivos, donde vivir o visitarla es un regalo de Dios que los castrileños han sabido conservar para ofrecer su riqueza al mundo entero, y con ello poder disfrutar todos, ellos y nosotros, de un turismo de calidad, con encantos inigualables, y sobre todo, un turismo seguro en los tiempos que corren.
Mientras el gobierno se olvida de la salud de los españoles, aquí pueden ver al alcalde de Castril con su equipo de gobierno y todos los voluntarios del pueblo luchando y trabajando para lograr garantizar que el pueblo está preparado para recibir a visitantes y turistas los doce meses del año. Nadie puede negar un elogio merecido que al menos desde Agencia6 no queremos dejar de lanzar en su favor.
Estos días hemos sabido que sólo en mosquiteras, el presidente del gobierno de España ha ordenado un gasto de 6.000 euros para colocarlas en las ventanas de Las Marismillas. Ese dinero, sin duda, hubiese estado mejor gastado en nuestros pueblos, aldeas, ciudades……luchando contra una pandemia que lejos de irse, está demostrando que tiene intención de amargarnos al menos un tiempo indefinido hasta que la medicina alcance los logros que todos deseamos para erradicarla.
Soy sincero si les digo que uno de los pueblos de España donde hoy se puede pasear sin riesgos, ir a la panadería, a sus tiendas, pararse a hablar con sus gentes, gozar de las terrazas de sus bares, de sus casas rurales, de sus restaurantes, visitar sus domicilios, sus encantos y bellezas naturales, sus barrios dispersos por su término municipal….etc, ése pueblo es Castril, en la provincia de Granada
Mi reconocimiento a todas sus buenas gentes, a sus políticos, sus empresarios, sus comerciantes, sus particulares, y por supuesto a los turistas y visitantes que han confiado en la localidad como un Destino Seguro.
De ahí lo que dije en el encabezamiento de mis palabras: Usted a Las Marismillas Señor presidente, que yo me voy a Castril. Por mucho poderío que crea tener Usted, y por mucho dinero que gaste contra virus y mosquitos, le aseguro que no estará más seguro que yo pisando la tierra del hemoso pueblo granadino.
Feliz sábado!
