Sierra Helada, un parque natural soportando quince años de vertidos fecales

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OPINIÓN

El 29 de julio de 2005 se aprobaba por parte de la Generalitat Valenciana la declaración de Parque Natural Marítimo-terrestre de Sierra Helada, la isla de Benidorm, la Bahía de Altea y el islote de La Olla. Fue toda una noticia de impulso para el turismo medioambiental de la Comunidad Valenciana, en concreto para la comarca de la Marina Baja, y más aún para dos municipios como Altea, Benidorm y l´Alfàs del Pi, que vieron protegidos los pocos parajes verdes que les quedaban por entonces.

Ya en 1990, un alcalde socialista alfasino quiso construir un puerto deportivo en las calas ubicadas bajo el Faro del Albir, con una historia de corrupción detrás que algún día recordaremos con todo tipo de documentos y pruebas. El tipo llegó a poner a nombre de su hermana media sierra usando tretas que iban asociadas al artículo 205 de la Ley Hipotecaria que tanto daño hizo en España. Quiso dar un pelotazo de varios miles de millones de pesetas. Hubiese sido la muerte de este paraje natural, como también estuvo a punto de suceder en Benidorm, donde un puerto deportivo en la zona del Rincón de Loix estuvo a punto de destrozar la regeneración natural de las playas de la ciudad, ya que su arena proviene de los acantilados de Sierra Helada gracias a las corrientes marinas, y ello hubiese impedido la llegada de ella a las mejores playas urbanas del mundo, Levante y Poniente. También en este caso los maletines cargados con fajos de billetes de 10.000 pesetas volaron sobre Benidorm.

Pues bien, han pasado quince años, y lo que nos prometieron a la prensa en aquel verano de 2005, anunciando que se iban a dejar de verterse aguas fecales al mar gracias a la declaración del Parque Natural, mejorando la planta depuradora de Benidorm, sigue exactamente igual quince veranos más tarde. Mientras gobernó el PP en la Generalitat no hicieron nada, y ahora que gobiernan los del PSOE con Compromís, tampoco hacen nada. El resultado es que de vez en cuando, como puede verse, la mierda entubia las aguas de las playas del Albir, toda la Bahía de Altea si las corrientes provienen del sur, y sucede lo contrario con las de Benidorm cuando las corrientes son del norte o levante.

Y aquí no sólo hay que reprobar la política medioambiental de la Generalitat Valenciana, no. Aquí todos y cada uno de los alcaldes de todos los pueblos de la comarca son culpables porque las aguas que se vierten en un paraje natural contaminando lugares turísticos de primera, como son las playas, provienen de casi todos los pueblos de la Marina Baja. Su silencio ante este negligente asunto en la gestión del patrimonio natural delata a todos ellos, que están a lo que están, y no es precisamente el interés general.

Estamos ante un escándalo que en otros países hubiese dado con los huesos de algún que otro político en la cárcel por permitir estos atentados contra el medio ambiente. Europa en su día envió el dinero necesario para ampliar la planta potabilizadora de aguas residuales de la comarca, y pasó como con el dinero que Bruselas envió para terminar con los barracones de los colegios en nuestros pueblos, el dinero desapareció y los niños siguen yendo a colegios prefabricados desde hace cuarenta años, como es el caso de Villajoyosa. Y por supuesto las aguas fecales se siguen vertiendo en el Mar Mediterráneo.

Aquí queda nuestra queja, que vista la irresponsabilidad de algunos, sólo podrá esperar a que algún nuevo partido o formación política se tome en serio estas cosas, porque con ello nos va la calidad en nuestra única industria, que es el turismo. Los que están y han estado ya han demostrado su incapacidad, inutilidad e irresponsabilidad. Que no nos vendan más motos, que conocemos muy bien hasta dónde nos puede llevar la ruindad de estos políticos: se llama ruina.

Feliz viernes!

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